El Real Decreto Ley 24/2020 de 27 de junio, por el cual, entre otras medidas, se establece:
- La prórroga de los efectos de los ERTES hasta el 30 septiembre de 2020.
- Se recalca el deber de mantenimiento del empleo de seis meses por aquellas empresas acogidas a un ERTE.
- Se mantiene en vigor que la fuerza mayor y las causas económicas, técnicas, organizativas y de producción en las que se amparan las medidas de suspensión de contratos y reducción de jornada previstas en los artículos 22 y 23 del Real Decreto-ley 8/2020, de 17 de marzo, no se podrán entender como justificativas de la extinción del contrato de trabajo ni del despido.
- Estas tres, son las medidas básicas que mantienen los niveles de desempleo en niveles inferiores a los que se alcanzarían de permitirse el despido objetivo por las empresas, es decir, el despido basado en causas económicas o productivas debidas al Covid-19 o al estado de alarma.
Por lo tanto, a partir de octubre y sobre todo una vez trascurridos los seis meses de mantenimiento del nivel de empleo, salvo que el legislador introduzca medidas para dificultar el despido por causas objetivas, es evidente que nos vamos a encontrar ante tres posibles herramientas a utilizar por las empresas que atraviesen dificultades económicas (perdidas) o de producción (descenso de las ventas), estas herramientas en lo que afecta a la plantilla son:
- Acudir a un nuevo expediente de regulación de empleo de carácter temporal, si la empresa prevé que la situación de dificultad que atraviesa es coyuntural.
- Realizar una modificación sustancial de las condiciones de trabajo, prevista en el artículo 41 del Estatuto de los Trabajadores, como por ejemplo: modificación de la jornada de trabajo, reducción de salario, modificaciones de las funciones del trabajo desempeñado, etc.
- La última herramienta es el ERE, expediente de regulación de empleo extintivo, si el legislador no prorroga la prohibición de acogerse al mismo.
Estas tres son los instrumentos jurídicos que van a protagonizar este final de año, si la economía no consigue recuperarse. Con lo cual, tendremos que estar atentos a las medidas que adopte el gobierno o en su caso, de no adoptar ninguna medida, a partir del 1 octubre pudiéramos encontrarnos, por desgracia, en el inicio de una cascada de despidos.