Desde MGJ Abogados somos conscientes del sufrimiento que conlleva la ruptura de un matrimonio o de una pareja y la facilidad con que en estos casos se pasa del amor al odio, con la negativa repercusión que ello puede tener en los hijos.

Nos gustaría poner un ejemplo de cómo un trabajo conjunto logra minimizar este sufrimiento. Se trata de un caso real pero obviamente omitimos datos personales.

Nuestra cliente acudió a nuestras oficinas para asesorarse sobre las consecuencias de divorciarse de su pareja, en la primera entrevista fuimos examinando la atribución del hogar familiar, pensión de alimentos para los hijos, la posibilidad de establecer pensión compensatoria, etc.

Para facilitar el proceso de divorcio, expusimos al cliente si era posible la reunión en el despacho con la otra parte, para saber cual sería su postura sobre el divorcio.

Tal entrevista tuvo lugar y desde MGJ Abogados primero nos interesamos pro su situación personal y económica, las consecuencias del divorcio en su vida y le explicamos las diversas cuestiones que ambos cónyuges tienen que acordar en un divorcio.

Finalmente hubo una reunión donde ambas parte sconocedoras de sus derechos y obligaciones desde el punto de vista jurídico y solventadas sus incertidumbres y temores a nivel personal, llegaron a un acuerdo que dio lugar a suscribir un convenio regulador del divorcio de mutuo acuerdo.

Este proceso puede parecer largo, pero muy al contrario de lo que parece apenas duró un mes. Así como su coste, siendo este más económico que un divorcio contencioso, pero sobre todo, el acuerdo ha propiciado que exista un entendimiento que facilita la nueva relación entre ambos y sobre todo con sus hijos.